El diamante "Beau
Sancy", una piedra preciosa cuyo mayor valor reposa en los 400 años de
historia que alberga -del amor a las alianzas imperiales y del ocaso al
renacimiento de algunas de las más importantes monarquías de Europa- fue
adjudicado por 9,7 millones de dólares (7,6 millones de euros) en una
subasta celebrada en Ginebra.
El precio estimado por la casa Sotheby's, que la puso en venta, se ubicaba
entre los dos y cuatro millones de dólares.
Al término de la primera sesión de la subasta, el responsable de la división
europea de Sotheby's, Philipp von Wurttemberg, comentó a los periodistas
presentes que el comprador "en realidad no adquirió un diamante, sino arte
e historia".
Consideró que el precio alcanzado fue "muy bueno" para una gema
histórica de este tipo y destacó la rareza de su corte.
Con sus 34,98 quilates, se trata de uno de los diamantes históricos más
importantes de todos los tiempos en haber sido subastado, tras pertenecer a
cuatro casas reales y haber sido la pieza privilegiada de coronaciones y bodas,
aunque también sirvió más de una vez para pagar las deudas de familias reales.
Supuestamente encontrada en alguna mina de lo que es hoy el estado indio de
Andhra Pradesh (único origen de diamantes hasta que en 1725 se descubrieron
minas en Brasil), el "Beau Sancy" fue adquirido en la segunda mitad
del siglo XVI en Constantinopla por el diplomático y agente financiero Nicolas
Harlay de Sancy, que la vendió al Enrique IV, rey de Francia.
El monarca la adquirió como obsequio para su mujer, María de Médicis, quien la
utilizó en 1610 en la ceremonia de su propia coronación y ansiaba mucho el
diamante, sobre todo después de saber que Sancy había vendido un diamante
todavía más grande al rey Jacobo I de Inglaterra.
La historia del "Beau Sancy" empezó allí y lo llevó hasta la familia
imperial de Prusia cuatrocientos años después, luego de haber pertenecido a las
familias reales de Francia, de Inglaterra y a la Casa de Orange de Países
Bajos, que de hecho la adquirió a María de Médicis, quien al ser asesinado su
marido cayó en desgracia y tuvo que exiliarse en Holanda, donde le sirvió para
pagar sus deudas.
Los 80.000 florines que en ese entonces se pagó por el histórico diamante
constituyeron el gasto estatal más importante del año 1641 en Países Bajos.
La piedra preciosa llegó luego a Inglaterra para fortalecer alianzas entre la
Casa Real Inglesa y la de Orange, para pasar en 1702 a ser propiedad de
Federico I de Prusia, quien la convirtió en el ornamento principal de su
corona.
El diamante ha pasado desde entonces de generación en generación dentro de la
colección de la Casa de Prusia hasta ser heredada por quien era hasta ahora su
propietario, el príncipe Jorge Federico de Prusia.
Se considera que ésta es la piedra preciosa más antigua e importante en llegar
al mercado del arte, lo que contribuyó al valor que alcanzó.
Sotheby's también subastó en la misma sesión la "Tiara Murat", una
diadema de perlas y diamantes diseñada en 1920 por el famoso joyero parisino
Joseph Chaumet para la boda de Yvonne Gillois y el príncipe Alexandre Murat, de
la familia Bonaparte.
Esa pieza alcanzó un precio de 3,8 millones de dólares, frente a una estimación
inicial entre 1,5 y 2,5 millones de dólares.
El valor estimado más alto de la subasta (entre 3,55 y 5,5 millones de dólares)
correspondió a un diamante de 36,43 quilates y de un nivel de pureza y
transparencia excepcionales, que sólo corresponde al 2 por ciento de las que se
encuentran en el mundo, y ubicada en la gama más alta de la escala de color.
Valorado entre 3,5 y 5,5 millones de dólares, esta pieza partió por 4,1
millones de dólares, con lo que a pesar de su indudable mayor pureza no pudo ni
siquiera llegar a la mitad de lo que un comprador anónimo pagó por teléfono por
el "Beau Sancy", derrotando a otros postores de Asia, Norteamérica y
Europa.
En la víspera, la casa Christie's adjudicó por 37,6 millones de dólares -casi
el doble de lo estimado- una colección de 70 joyas pertenecientes a la
multimillonaria y filántropa Lily Safra.
Los beneficios de esa venta, que también tuvo lugar en Ginebra, serán
destinados a veinte organizaciones benéficas.