Los dueños de la chihuahua puertorriqueña Milly, de poco más
de tres meses de edad, buscan que la organización del Libro Guinness de los Récords
reconozca al animal, de 6,35 centímetros de altura y 170 gramos de peso, como
el perro más pequeño del mundo, informa Efe.
La familia que cuida a la frágil perrita reconoce que Milly
puede crecer todavía, aunque el que desde la tercera semana se mantenga en el
mismo tamaño hace pensar que arrebatará el récord al chihuahua del estado de Kentucky
Boo Boo, considerado hasta ahora el can más diminuto del planeta, con 10,16
centímetros de altura.
“En el plazo de tres meses se puede registrar el récord Guinness“,
apunta convencida Eizzil Rivera desde el hogar familiar de Vega Alta, en la
costa norte de Puerto Rico, donde se cuida con especial esmero a Milly, un
diminuto animal que cabe en la mano de una persona adulta.
En declaraciones a Efe Rivera, una de las cuidadoras de Milly, destaca que a la misma edad de la perrita puertorriqueña Boo Boo era más del doble de grande y que su animal está ya dentro de la segunda fase de crecimiento, la que va de los tres a los seis meses, la última en que se pueden registran cambios, ya que en la tercera -de los 6 meses al año- éstos son prácticamente nulos.
En declaraciones a Efe Rivera, una de las cuidadoras de Milly, destaca que a la misma edad de la perrita puertorriqueña Boo Boo era más del doble de grande y que su animal está ya dentro de la segunda fase de crecimiento, la que va de los tres a los seis meses, la última en que se pueden registran cambios, ya que en la tercera -de los 6 meses al año- éstos son prácticamente nulos.
“A pesar de su tamaño Milly se alimenta bien, incluso más de
lo que se supone debería para su tamaño”, según la cuidadora, aunque cuando
nació tuvo que ser alimentada con un “gotero” con el que se le introducía la
leche en la boca.
“Milly era tan pequeña que no podía amamantarse debido al
diminuto tamaño de su boca”, relata Rivera sobre una perrita que normalmente
está separada de su hermana Cocoa, su madre Prada y su padre Narciso.
El animal está constantemente acompañado por ella o por la
propietaria, la argentina Vanessa Semler, que se dedica a la cría de chihuahuas
en Puerto Rico.
Semler reconoce que el cuidado de Milly supone un esfuerzo,
pero aclara que ella y su marido, Edwin Dávila, no tienen hijos y que eso les
permite centrase en una perrita que esperan sea reconocido como el animal de su
especie más pequeño del planeta.
El proceso ya está en marcha y tras los primeros contactos
con la organización del Guinness se ha acordado que un juez viajará a Puerto
Rico en los próximos meses a certificar el tamaño de Milly o se recurrirá al
envío de mediciones desde la isla comprobadas previamente por un notario.
Los ejemplares de chihuahua, especie originaria del estado de
México del mismo nombre, suelen alcanzar una altura de entre 15 y 25
centímetros.
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